domingo, 8 de junio de 2008

Adaptaciones en el cine: ¿fidelidad o infidelidad? (+)

Para mí es importante que una adaptación cinematográfica sea lo más fiel posible a la obra que se está adaptando, sea una novela, una obra de teatro o un cómic.
Y cuando digo que sea lo más fiel posible, me refiero a que cuente la misma historia, a que los personajes principales sean lo más parecido posible a los que aparecen en la obra original, en todas sus características internas y externas, así como las localizaciones de los diferentes escenarios.
Está claro que el que una película sea fiel a la obra en la que se basa, no implica para nada que tenga calidad, ahí radica el buen hacer de quienes hagan la adaptación. Ni que una obra nada fiel a la obra original, sea mala en sí. Existen ejemplos de ambos casos en la historia del cine.

Una adaptación fiel a su original, tampoco implica falta de creatividad, precisamente deberá utilizar esa creatividad para plasmar lo más fielmente posible una obra en otro lenguaje diferente al original, deberá imaginarse a los personajes y llevar a cabo una buena caracterización de cada uno de ellos, deberá imaginarse los diferentes escenarios y realizar una búsqueda exhaustiva de localizaciones y/o recrearlos convenientemente, deberá en definitivas imaginarse la acción que transcurre y llevarlas a cabo con la mayor creatividad posible. En eso radica una adaptación bien hecha, al menos para mí.

Ciertamente, al leer una obra literaria (por ejemplo) uno se imagina a los personajes y los escenarios que aparecen en ella de una determinada manera, posiblemente de modo diferente a como se las imagina otra persona; por ello, en determinadas ocasiones, al ver la película uno se sorprende diciendo: “el protagonista es exactamente igual a lo que yo me imaginaba” o “qué mal estaba tal personaje, no era para nada como yo me lo imaginaba”.
Aún así, tampoco significa que esa adaptación no sea fiel, ya que el adaptador los puede imaginar de forma diferente a la nuestra, al menos que en la obra original se haga un repaso exhaustivo de las características de cada uno de los personajes, de cada uno de los escenarios,..., en este caso, y dependiendo del grado de diferencia entre original y adaptación, quizás la obra no sea todo lo fiel que se podría esperar.

Además, el que uno se permita ciertas concesiones a la hora de adaptar al cine, no significa que no sea fiel al original. Los tiempos en cine no son lo mismo que otros lenguajes, como el literario o el de la novela gráfica, lo que hace que en ocasiones se deba irremediablemente realizar cambios necesarios para que funcione en cine. Un ejemplo bastante evidente de lo que digo, es el caso de El Padrino, una gran obra de arte del séptimo arte, que cumple con ser una adaptación fiel a su original (no en vano en el guión cinematográfico participa Mario Puzo, el autor de la novela), aún permitiéndose ciertas concesiones.

Me parece que no tiene sentido pagar los derechos de una obra literaria (por ejemplo) para cambiarla por completo, para no seguir ninguno de los puntos mencionados anteriormente. ¿Qué sentido tiene? Si no vas a hacer una adaptación fiel a su original, si te vas a alejar por completo de las líneas básicas del original, mejor crear tu propio guión original, que seguramente no tendrá nada que ver. Un ejemplo que me viene a la cabeza en este momento, es la adaptación que realizó Almodóvar de la obra de Ruth Rendell, titulada Carne Trémula. Creo que se habrían ahorrado bastante dinero si en lugar de intentar adaptar esta obra, hubiesen hecho su propio guión original, ya que no tiene nada que ver con el original.

Dicho esto, he de puntualizar que cuando hablamos de adaptaciones cinematográficas, estamos hablando de lenguajes diferentes. Cierto es que una obra literario utiliza otro lenguaje, cierto es que un cómic utiliza otro lenguaje, cierto es que una obra de teatro utiliza otro lenguaje,..., pero eso no impide que una buena adaptación cinematográfica sea lo más fiel posible a su original, utilizando su propio lenguaje, con todo lo que ello implica.

Y ya para finalizar, me imagino por un momento en la piel del autor de la obra que se vaya a adaptar, desde luego creo que me gustaría poder ver en la gran pantalla una adaptación lo más fiel posible de mi obra. ¿Vosotros no?

sábado, 7 de junio de 2008

Adaptaciones en el cine: ¿fidelidad o infidelidad? (-)

El cine no es ajeno a lo que ocurre en las otras artes. Su naturaleza misma le lleva a participar de la fotografía, la literatura o la música. Y sin embargo, el cine tiene sus propias reglas, sus pautas y su lenguaje. Es por ello que es un arte independiente y adulto.

Ya desde sus comienzos, tras aquellos primeros pasos en que el cine era como un ojo que solo documentaba la realidad o se servía de pequeños trucos que lo asemejaban a un espectáculo de magia, el cine intenta construir historias de la manera más sencilla que encuentra: tomando como modelo los grandes clásicos de la literatura. Era un intento de dotar a este arte naciente del prestigio y la calidad reconocidos para la literatura. Sin embargo, estos ensayos lo único que produjeron fue retrasar el desarrollo propio de esta nueva expresión artística y convertirla en un mero "teatro filmado" de creatividad cero. Tengamos en cuenta además que estamos hablando de cine mudo, con lo que aún resultaba más absurdo contemplar a los actores declamando parrafadas frente a la cámara inmóvil.

No fue hasta la llegada de un talento prodigioso (D. W. Griffith) cuando el cine comenzó a tomar conciencia de sus propios medios de expresión y a desarrollarse plenamente. En cuanto el cine adquirió conciencia de sus posibilidades, la creatividad empezó a salir a la superficie. Solamente la llegada del sonoro vino a frenar el desarrollo expresivo del cine al quedar las películas, en esos primeros tiempos del sonido, excesivamente supeditadas a las nuevas posibilidades de la palabra.

Todo esto sirva de presentación para afrontar un tema muy sugestivo: ¿deben ser las adaptaciones cinematográficas lo más fidedignas posible a su modelo?

Mi opinión es que no debe ser así. Un modelo, sea adaptado a otra forma de expresión artística o no, debe ser un punto de referencia del que partir, pero el copiarlo fielmente no produce más que una obra desprovista de valor alguno. ¿Para que volver a pintar "Las Meninas" fielmente si ya tenemos la obra original?, ¿qué especial talento o habilidad se demuestran copiando al pie de la letra una novela o un concierto? En cierta ocasión veía anunciado en el escaparate de una galería de arte que se vendían fieles copias de un conocido cuadro como "auténticas" y numeradas y lo único que se me ocurría era pensar en el fin lucrativo de tamaña iniciativa, alejada sin duda de cualquier otro mérito artístico.

Pues lo mismo creo que se puede aplicar a las adaptaciones cinematográficas de obras de otras artes, como la literatura (o el cómic), que sin duda es la fuente primordial de la que se nutre el cine. Este no solo no debe intentar alcanzar la fidelidad máxima por temas meramente creativos. Un film que copie palabra por palabra o escena por escena su modelo carecería del mínimo valor creativo. Pero es que además, al tener el cine su propio lenguaje y sus reglas únicas para contar una historia, sería totalmente absurdo y contraproducente intentar plasmar una novela sin hacer un ejercicio de adaptación y búsqueda de la mejor manera de expresarse con los medios propios del arte cinematográfico.

Quizá la mejor manera de comprender lo que intento explicar sea viendo algunas películas de dibujos animados que llevan a la pantalla obras del cómic. Estoy pensando, por ejemplo, en alguna adaptación de Lucky Luke o Asterix y Obelix realmente lamentables, sin vida, sin fuerza ni agilidad, y todo por ser meras copias de las viñetas originales sin entender que su traslado al cine necesita de un mínimo de adaptación creativa que recurra al lenguaje cinematográfico.

Servirse de un modelo debe ser el punto de partida solamente. La creatividad, el talento y la comprensión de las posibilidades únicas del cine han de hacer el resto.

jueves, 5 de junio de 2008

Sin City (Ciudad del pecado) (-)


En línea con la tendencia de adaptar comics a la gran pantalla, se estrenó en 2005 "Sin City (Ciudad del pecado)" partiendo de la obra en cómic de Frank Miller. Se trata, según cuentan los entendidos, de una adaptación muy fiel a su modelo tanto en estética como en contenido. ¿Es esto un mérito o realmente debería ser considerado como un aspecto negativo al revelar en realidad un mínimo esfuerzo creativo? Porque cuanto más fiel sea la adaptación, peor, y más comprendiendo que el cómic y el cine son dos formas de expresión artísticas muy diferentes y cada una tiene sus reglas específicas. En general, cualquier comparación es desancosejable y más cuando las reglas cambian, como es este el caso o como sucede con las más frecuentes adaptaciones de novelas al cine.

Pero como en mi caso me es imposible realizar comparación alguna, ya que no tuve la suerte de disfrutar de Sin City en cómic, creo que puedo aportar un punto de vista libre de contaminaciones comparativas.

¿Qué podemos decir de la película en sí misma? Pues que se queda a medias, que es un film visualmente novedoso (al retomar la estética del cómic con un uso especial del blanco y negro y el color) pero ahí se terminan sus aportaciones positivas. E incluso, el conseguir una estética tan especial, al partir de un modelo concreto y contar con técnicas modernas de filmación, tampoco es algo que se deba sobrevalorar en exceso. Además valorar positivamente una película basándonos solamente en un aspecto de la misma resulta claramente insuficiente. Y a parte de la estética, la película no ofrece casi nada más porque la historia (en realidad se trata de tres relatos breves) carece de pronfundidad y nos quedamos en la ligereza de una violencia excesiva, de unos personajes someros y apenas tratados sicológicamente, unos diálogos algo estereotipados y un desarrollo bastante previsible en líneas generales. Incluso la aportación de los actores resulta difícilmente varorable en algunos casos, pues algunas caracterizaciones los convierte en meras máscaras.

Se puede argumentar a su favor que es solamente un film para entretener, sin necesidad de buscarle más méritos o exigirle otros aciertos. Bien, así puede verse. No todos los films han de tener mensaje. Pero aún visto de esta perspectiva, personalmente no me resultó una película especialmente lograda. Una vez pasada la sorpresa inicial por la estética de las imágenes, el argumento no resulta especialmente cautivador (al igual que en el apartado gráfico, aquí también da la impresión de que los autores se limitaron a copiar sin más del modelo original).

"Sin City (Ciudad del pecado)" se limita a recoger los aspectos más tópicos del cine negro y a servirlos sin apenas elaboración. Es un cine demasiado ligado a la moda, demasiado orientado al consumo fácil, un film esteticista que busca la taquilla de manera descarada y que, pasados algunos años, quedará relegado en el cajón del olvido.

Sin City (Ciudad del pecado) (+)


Sin City (Ciudad del pecado. 2005) es una adaptación de algunos de los capítulos de la novela gráfica del mismo título de Frank Miller, quien interviene también en la película como guionista y como codirector (junto a Robert Rodríguez, y la colaboración de Quentin Tarantino).

Como conocedora de la novela gráfica en cuestión (aprovecho para aconsejaros su lectura), seguramente mi visión de la película sea bien distinta de los que no conozcan de antemano esta gran obra del noveno arte. Para mí fue un placer ir descubriendo fotograma a fotograma escenas de las diferentes viñetas. Realmente la película me sorprendió gratamente, principalmente por su fiel reflejo de la obra en la que se basa.

Considero que, más que de una adaptación al cine, tendríamos que hablar de una novela gráfica en movimiento. Me refiero a que no sigue las pautas típicas de una película, sino más bien es casi como filmar el cómic en sí, aunque con personajes reales y no dibujados, y añadiendo todas esas secuencias que no aparecen en las viñetas (y haciéndolo de modo magistral)
Podría enseñaros un montón de fotogramas de la película comparándolas con viñetas de la novela gráfica; en ocasiones, la similitud es asombrosa.


En cuanto a la historia, hay que tener en cuenta que los personajes tienen una vida interior muy intensa, me refiero que hay pocos diálogos y muchos pensamientos. Fiel reflejo del cómic.
La caracterización de los personajes está muy lograda, en todos los personajes. Las actuaciones de los diferentes actores son simplemente geniales, desde Mickey Rourke hasta Bruce Willis, pasando por Benicio del Toro, Jessica Alba y todo el elenco de actores. Con gestos y movimientos muy marcados, recalcando ese aspecto de novela gráfica.

En general, el aspecto visual está cuidado al máximo, consiguiendo unas imágenes impactantes y un fiel reflejo de la novela gráfica.
La forma de jugar con el blanco y negro, y con las sombras y las luces es magistral. Con esos toques de color: el rojo del vestido y los labios de la chica del principio, o de la sangre (en algunas ocasiones, ya que en otras es totalmente blanca), o el amarillo de la cara del personaje del cobarde bastardo.
Los efectos especiales son espectaculares.


En conclusión, creo que nos encontramos ante una obra maestra de un nuevo género de cine: el cine-cómic (por llamarlo de alguna manera). Estamos ante una nueva forma de novela gráfica llevada al cine, ante la utilización de un nuevo lenguaje cinematográfico, una mezcla entre cine y novela gráfica.
Para mí, la mejor adaptación al cine que jamás se haya hecho de una novela gráfica.

martes, 3 de junio de 2008

A modo de presentación

Arcadia es el paraíso o al menos es lo que yo entiendo como paraíso. Arcadia es mi casa, es mi playa en invierno y la montaña en verano. Es el viento cálido y es la flor amarilla en medio del campo.

Mi Arcadia es un paseo. Una mirada o una mano en el hombro. Una sonrisa distinta de la mía. Un consejo.

No hemos nacido para la soledad. Ninguno de nosotros. Ni el más ermitaño de los hombres. Hemos nacido para compartir, para sentir con el otro. Nosotros, tú y yo, estamos creando nuestra Arcadia para no sentirnos solos. Levantamos paredes, allanamos el terreno y creamos jardines con un horizonte de mar y de nubes.

Estar juntos es compartir hasta los desencuentros y hacerlos útiles y hacerlos nuestros. Así debe ser. Porque de los opuestos nace siempre algo cierto. Porque si estás a mi lado, sé que acabaré siendo bueno.

Et in Arcadia nos (Y nosotros en Arcadia) es una hermosa idea de una niña inquieta y libre y grande... como un castillo en lo alto de una montaña desde donde ver la tierra temblar y sentir las nubes entre los dedos.